Descripción actividad cotidiana
Todos los días, sin
importar qué hora exacta sea debido a cuando me despierte, me hago un café por
las mañanas. No es un proceso muy complejo: tomo el café (viene en frasco) de
una alacena y mi taza de la de al lado, y agrego entre tres y cuatro cucharadas
de café en esta última. Luego, le vierto algo de agua muy caliente (más ahora
que es invierno) de una pava, para con la misma cuchara mezclarla con el café y
que se produzca la bebida, preferentemente sin grumos que se puedan producir en
este (si no hay agua ya calentada, tomo la pava, la cargo a la mitad al menos
con agua de la canilla y la deposito en la hornalla, para después prender el
fuego y dejarla hasta que el líquido hierva). Posteriormente pongo agua hasta
la mitad de la taza, y tomo la botella o el envase de cartón de la leche de la
heladera y completo con ella la otra mitad que la queda. Ya hecho el café,
agarro la azucarera de otra de las alacenas y le agrego entre dos y tres
cucharadas a lo ya preparado (con la misma cuchara con la que se hizo todo el
proceso, siendo esta lavada para lo último y no usando otra para no ensuciar
múltiples elementos de la cocina; simple practicidad), para finalmente mezclar
todo por unos segundos y llevarme la taza con la cuchara adentro a mi
habitación, y tomarme el café como parte del desayuno.
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